Feriado está don Tristán
De una mala lançada:
Dirásela el rey su tío
Por celos que d’el catava;
El fierro tiene en el cuerpo,
De fuera le templa el asta.
Valo a ver la reina Iseo
Por la su desdicha mala.
Júntase boca con boca
Cuanto una misa rezada.
Llora el uno, llora el otro
La cama bañan de agua.
Alli naçe un arboledo
Que açuçena se llamava:
Cualquier muger que la come
Luego se siente preñada.
Comiérala reina Iseo
Por su desdicha mala.
La difusión de la leyenda dentro de la narrativa francesa marca el desplazamiento del interés por la recreación de historias grecolatinas, hacia historias originarias de la cultura celta. Lo atractivo de la mitología celta, reside quizá el escenario insular, novedosos símbolos no cristianos y en Otro Mundo al que se podía acceder sin morir en tanto los seres reales coexistían con personajes extravagantes y sobrenaturales.
El famoso y frecuentemente aludido, filtro mágico que beben Tristán e Iseo es un elemento original en el relato que no registra antecedentes anteriores. Es probable que dado el ambiente cristiano y feudal en que se difundió la historia el filtro es la excusa que permite excusar la falta de los amantes: el adulterio y la traición.
"Señor, a fé mía, ella me ama de buena fe, pero vos no podeís entender el motivo: si me ama es a causa de lo que bebió. No puedo separarme de ella ni ella de mí, no os lo puedo ocultar." (versión de Berol)
En rigor, no sería el adulterio lo que sorprende y escandaliza al público, porque en efecto, desde los primeros trovadores el hecho era consentido y hasta idealizado, pero siempre era la consecuencia de un matrimonio impuesto. La peculiaridad de la oba reside en que el amor es un conflicto entre los mismos amantes y la sociedad a la cual pertenecen que deberán enfrentar una y otra vez. Porque el amor de Tristán no responde al ideal caballerzco, por el contrario, él sólo desea amar a Iseo y se desinteresa de la vida de caballero.
Desde este enfoque, el amor de Tristán es antisocial porque quiebra las normas de la sociedad cortés y deja a la corte del Rey Marco sin su mejor vasallo.
La figura de Iseo es literaria pero también humana. Hereda de su madre el don de curar heridas mortales causadas por venenos misteriosos. Es rubia y bella. Es siempre lúcida, dueña de sí misma y dirige siempre los pasos de Tristán como una fuerza inspiradora. Es hábil con las palabras, temeraria, astuta... pero a menudo egoísta y otras tantas veces mentirosa. Es absolutamente capaz de llevar una doble vida afectiva como esposa de Marco y amante de Tristán. Pero es una mujer enamorada, y por lo tanto, impulsiva y alguna vez insegura y abatida. La contradicción en Iseo es parte de la solidez del personaje que debe hacer frente a dos realidades simultáneas, por un lado, una pasión arrolladora y transgresora de la mano de su amante y por el otro, la seguridad junto a su esposo, el rey.
Ediciones disponbles de Tristán e Iseo