El amor de Diarmuid y Grania es un relato medular del ciclo irlandés sobre el héroe Finn MacCumhal y sus guerreros, los Fianna.
La historia tiene muchos rasgos en común con la leyenda de Tristán e Iseo. Se supone que los narradores galeses la adaptaron para cotextualizarla dentro del relato de Drust, el picto.
Grania, hija del Gran Rey de Irlanda, estaba prometida a Finn, pero durante la boda, se enamora perdidamente de su sobrino Diarmuid, quién tenía un lunar de amor en su frente lo cual lo hacía irresistible. Grania hechiza a Diarmuid, por lo cual el no tiene otro remedio que seguirla y convertirse en su amante.
Tras una larga persecusión, Finn encuentra a Diarmuid moribundo y herido por un jabalí. Y aunque Finn tenía poder suficiente como para salvarlo (cuando era niño se había quemado el pulgar con el salmón del conocimiento y, como consecuencia, podía hacer que todo el que bebiera de su mano recobrase juventud y salud), no puede hacerlo. Dos veces llenó sus manos con agua y la dejó escapar entre sus dedos. Al tercer intento se acercó hasta Diarmuid, pero éste ya había muerto.
A diferencia Iseo, Grania no muere de amor, sino que se reconcilia con Finn.